Mi marido me encañonó con una escopeta

Ana y Graci llevan la misma camiseta. Es negra, de manga corta y con un mensaje escrito, Somos supervivientes. No víctimas. Las dos coinciden en que es imposible salir de una situación así sin ayuda de otras personas. En el caso de Ana, su médico de cabecera fue quien le ayudó a dar el paso para acudir a un centro de atención a la mujer. Graci, en cambio, se econtró un día por casualidad con la directora de la Fundación Ana Bella y fue entonces cuando contó su historia y decidió empezar «a vivir». Las dos hacen un llamiento a todas las mujeres que están siendo maltratadas, les ofrecen su ayuda, y les animan a denunciar.

http://cadenaser.com/ser/2014/11/24/sociedad/1416864020_336839.html