La proyección mundial del feminismo (o de los feminismos) y de todo lo que representa no cabe en las definiciones encorsetadas y trasnochadas que se dan en el diccionario de la Real Academia. Por esta razón el proyecto Feminismo16 es más necesario que nunca y la aportación de alguien como Ana Bella es fundamental para una cabecera que es más necesaria que nunca, una cabecera que ni los números ni las dictaduras privadas podrán derribar porque ahí se encuentra la realidad de la igualdad, la igualdad real que va más allá de las leyes, de las imágenes o de los corsés.
Esta igualdad la podemos ver en la composición del Consejo Editor de esta publicación, donde se da una doble paridad de género y una unidad ética de respeto a los valores igualitarios desde distintos puntos ideológicos, es decir, conseguir la igualdad real desde la diversidad de pensamiento.
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